By: Aminta
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Este verano hemos concertado voluntariados para huérfanos de compañeros fallecidos en acto de servicio que se van a desarrollar en el centro de rehabilitación de fauna salvaje de la ONG AMUS (Acción por el mundo salvaje), situado en Villafranca de los Barros (Badajoz).
AMUS es una organización que se esfuerza continuamente para ofertar un voluntariado de calidad, bien estructurado y basado en el trabajo en equipo. Dando oportunidades para experiencias muy valoradas por Universidades de dentro y fuera de España y por interesados a título personal que cada vez más, solicitan estancias en AMUS.
En
la actualidad, es una plataforma referencial de formación y
prácticas para toda aquella persona que quiera implicarse de manera
real y directa en la labor de recuperación y atención de la fauna
salvaje.
Los beneficiarios de AMINTA, además de participar en cada una de las actividades desarrolladas en el centro, vigentes en el periodo específico del voluntariado, recibirán una formación semanal impartida por profesionales del equipo especializados en diferentes materias que tienen que ver con el medioambiente y la conservación de la fauna silvestre.
Estamos orgullosos todos los integrantes de AMINTA de que estos chavales y chavalas puedan continuar con la vocación de su progenitor en pro de la conservación de la Naturaleza y a la vez de perpetuar los valores de esfuerzo y de constancia necesarios para obtener una preparación adecuada y suficiente para su propio futuro.
El Agente Forestal Aureliano Letona Urrutia, fue asesinado el día cinco de febrero de 1981 en un bar de Orozco (Bizkaia) a consecuencia de una paliza que le propinaron varios vecinos del pueblo. Posteriormente fue abandonado en un río donde se halló el cadáver. El caso fue cerrado por falta de pruebas. Tras seis años del macabro asesinato, uno de los criminales confesó y se volvió a abrir el proceso, siendo condenados un pastor, un agricultor, un jubilado, un empleado de banca, un obrero metalúrgico, un psicólogo, un transportista y un comerciante. Se impusieron penas de seis meses de cárcel al que había confesado, y de un año al resto. Pero ninguno de los homicidas fue a prisión.
Descansa, compañero, pues, aunque no se te hizo justicia en la tierra, ojalá hayas encontrado la paz y la equidad allá donde te encuentres ahora.
Todo nuestro pesar por el sufrimiento vivido tantos años por su familia.