Jordi Vidal i Subirà era funcionario del Cos d’Agents Rurals de la Generalitat de Cataluña, con la categoría de agente y número de identificación profesional 1273, adscrito al área básica del Berguedà (Prepirineo y Pirineo de la provincia de Barcelona). Murió el 24 de noviembre del 2005 en un fatídico accidente de tráfico cuando, junto con su compañero de patrulla, su vehículo se precipitó fuera de la vía por la presencia de hielo en la calzada.
El accidente tuvo lugar en la carretera C16, en el término municipal de Guardiola de Berguedà.
Jordi falleció al instante; su compañero resultó herido y afortunadamente se pudo recuperar de sus lesiones.
Natural y residente en el municipio de Bagà (el Berguedà), tenía 34 años y dejó viuda, aunque no tenía hijos.
Que descanses en paz, compañero.
Un domingo 27 de septiembre del 2020, Cesáreo Muñoz Macías, falleció de un infarto. Era un agente medioambiental que llevaba ganándose el cariño de sus compañeros desde que en 1993 se incorporó a su puesto de trabajo en la Sierra de la Culebra, en la provincia de Zamora.
Su muerte ocurrió entre el monte de Sesnández y El Casal, en el término municipal de Tábara, dentro de la Reserva Regional de Caza de la Sierra de La Culebra. Estaba trabajando, un hombre con gran vocación reforzada por la experiencia, esta vez en un rececho de ciervo. Al quedarse inconsciente, el cazador con el que se encontraba le realizó maniobras de reanimación, pero no fue posible salvar a Cesáreo, como tampoco pudo hacer nada el personal del helicóptero medicalizado que acudió en su socorro.
Los parajes apartados que tantas veces recorrió, como los ciervos y lobos que le encantaba rastrear, esta vez hicieron que no recibiera una ayuda especializada y equipada a tiempo.
Natural de Peraleda del Zauzejo, en la provincia de Badajoz, sus restos volvieron al pueblo que le vio nacer. Mantuvo su acento durante los 27 años que vivió en esta comarca zamorana en la que también se ganó el cariño de sus habitantes, con su sonrisa por delante, y su buen humor del que siempre hizo gala. Sus compañeros de comarca, y de las vecinas, también recuerdan su saber hacer dirigiendo la extinción de incendios forestales. La Sierra de La Culebra, para cualquier Agente Medioambiental que se incorpore, es sinónimo de fuego. La falta de experiencia en cualquiera de nuestras funciones pesa, pero en extinción de incendios es una losa. A Cesáreo le salía de dentro el no dejarles solos, siempre pendiente de su estado de ánimo, no le faltaban palabras de aliento, además de trasmitir esa experiencia tan importante en nuestra profesión. Era el veterano que a todos nos gustaría tener como padrino, un padrino del que se han quedado huérfanos varias promociones de Agentes Medioambientales.
Dejó un hijo y una hija, el primero contaba con 24 años de edad y ella con 20.
Cesáreo, ahora nos toca a nosotros seguir tu rastro.
Cinco miembros de un retén de intervención rápida pertenecientes a la antigua Agencia de Medio Ambiente (AMA) de la Comunidad de Madrid, cuatro hombres y una mujer, perdieron la vida la tarde del 18 de septiembre de 1992 cuando trabajaban en la extinción de un incendio en la Sierra de El Rincón, en el límite entre Madrid y Guadalajara. Un cambio repentino del viento, según responsables de Protección Ciudadana, originó la tragedia al envolver en llamas a las víctimas, que, según las primeras hipótesis, perecieron por asfixia. Cuatro de los fallecidos tenían contratos temporales hasta el 15 de octubre. El incendio se inició al desprenderse chispas de una máquina oruga que realizaba trabajos de explanación, al rozar con piedras las cadenas, y que se encontraba realizando labores de preparación del terreno para repoblar pinos.
La brigada, dirigida por el agente forestal Ángel Godoy García, de 29 años de edad, estaba formada por cuatro bomberos forestales contratados temporales de los pueblos de la zona. Se trataba de Alberto Encinas Rosado, de 38 años, residente en Montejo de la Sierra, y Ana García García, de 29 años, residente en Prádena del Rincón y miembros del retén de Montejo de la Sierra; José Luis Herrero Macein y Francisco Ruiz Fuentes, de 46 años, naturales de Buitrago, ambos pertenecientes al retén de Buitrago.
El contacto por radio con los cinco fallecidos se perdió entre las cinco y las seis de la tarde. En principio no se le dio mayor importancia porque se consideró que podía ser debido a una zona de sombra motivada por lo accidentado del terreno. Pasadas las siete de la tarde se empezó a considerar que podía haber sucedido algo, y la inquietud fue en aumento durante la noche, al comprobarse que no era posible establecer el contacto y que las cinco personas no habían regresado a sus bases.
Según refirieron los habitantes de los pueblos de la zona, la brigada quedó cercada por las llamas y se dirigió hacia un arroyo sin agua de las inmediaciones. Allí murieron por asfixia y posteriormente el fuego carbonizó los cuerpos.
Los alcaldes y vecinos de los municipios de donde procedían los combatientes destacaron la ilusión, entusiasmo y profesionalidad con la que los fallecidos desempeñaban su trabajo en la lucha contra los incendios.
Descansad en Paz, compañeros.
Agradecemos a los Bomberos Forestales de la Comunidad de Madrid las fotografías aportadas para este artículo a través de su página de Facebook.
Homenaje a Manuel Murillo Tena
Manuel Murillo Tena falleció el 23 de agosto de 2012. Uno de esos agentes medioambientales que generaban serenidad cuando llegaba a un incendio forestal. Al desempeñar sus funciones en El Bierzo, quienes trabajan en extinción pueden estar de todo menos tranquilos.
Aquel jueves fatídico tenía guardia de incendios. Pero no fue el fuego que tan bien entendía y sabía apagar, Manuel iba a su trabajo en la base de la brigada helitransportada de Cueto (León), su labor la desempeñaba formando parte de este equipo. Pero también en era excepcional en su forma de incorporarse al trabajo, lo hacía en bicicleta, sumando casi 100 kms entre ida y vuelta a la base del Cueto.
Cuando pasemos por la carretera N-120 veremos un pequeño viaducto que da acceso a Toral de los Vados, cerca de su punto kilométrico 429. Allí, el 23 de agosto de 2012 Manuel Murillo Tena pedaleaba como siempre cuando una furgoneta que realizaba un adelantamiento en sentido contrario le embistió, saliendo despedido sin posibilidades de sobrevivir. Los servicios sanitarios que llegaron ya no pudieron hacer nada por él, tan solo certificar su muerte, la muerte de un hombre bueno, con 43 años, casado y con dos hijas.
Gran profesional, con gran empatía entre otras cualidades, le hacía afrontar problemas que tenían sus paisanos, haciéndolo como agente medioambiental y como vecino. Fue presidente de la Asociación de Montañismo de Puente Domingo Flórez y miembro de la Mesa del Castaño. Este árbol es algo más que un icono para quienes recorran El Bierzo, ha sido el alimento que ha salvado a muchas generaciones de esta comarca, sigue siendo un referente en su gastronomía, tiene el aprovechamiento maderero que da trabajos entre sus gentes, y tiene tanto valor cultural y económico como riesgos de diferentes tipos. Manuel se implicó hasta la médula con esta visión del castaño.
Una persona muy humana que se involucraba en todo lo que le trasmitiera esa humanidad. Así le correspondieron los habitantes de Puente de Domingo Flórez, donde vivía, la junta vecinal cambió el nombre a una de sus calles y ahora podemos andar por el Paseo de Manuel Murillo Tena, donde encontraremos un pequeño monumento que le recuerda. El presidente de la junta vecinal, el pueblo “nunca podrá agradecer suficientemente su labor desinteresada, no solo como profesional, sino como ser humano, siempre implicado y afanado por educar y transmitir valores, especialmente con los niños, en defensa de la naturaleza, el medio ambiente y el respeto por los animales”.
Los bomberos forestales de la brigada helitransportada de Cueto, también rinden su propio homenaje a Manuel, instalaron un monolito en la base de la brigada que guarda su memoria.
Los agentes medioambientales que tuvieron la suerte de ser sus compañeros, tanto en la comarca con en algún incendio forestal en otros lugares, son testigos de su mirada tan profunda, carácter pacífico, de su capacidad para resolver problemas gracias a su empatía, amabilidad y elevado conocimiento del territorio en todas sus dimensiones. Los agentes medioambientales leoneses, grandes profesionales en la lucha contra los incendios forestales, tienen su propia cita para nuestro compañero, “jefe de extinción privilegiado, yo cada vez que oía que estaba al frente del incendio Manuel Murillo, iba al incendio con una sonrisa, daba gusto trabajar con él, la tranquilidad que otorgaba, la capacidad que tenía para gestionar medios, y de qué manera, era tremenda”.
Manuel, con la serenidad que viviste te recordamos.
By: Aminta
agente forestal asesiando asturias caza chiquito furtivismo manuel lago muniellos
Comments: 1
Manuel Lago Martínez “Chiquito”, Guarda Forestal del ICONA, fue muerto a tiros en Muniellos, en Cangas del Narcea, por unos furtivos, en agosto 1.980. Los que le conocían hablan de él de que era un gran profesional, y que no le tenía miedo a nada.
Manuel Lago se encontraba el sábado con un compañero en el parque de Muniellos, donde oyeron algunos disparos. Ambos guardas se dispusieron a buscar al supuesto cazador. Horas después regresó uno de ellos, pero el otro, Manuel Lago, no apareció hasta que su cuerpo sin vida fue encontrado, a las siete de la madrugada del domingo. Según el forense, el disparo fue hecho a quince metros de distancia. Junto al cadáver, que registraba heridas en la cabeza y el pecho, se encontraban algunas vísceras del corzo.
Según el juicio por su asesinato, que se celebró dos años después, en la madrugada del día 16 de agosto de 1.980, M.A.P. acompañado de B.A.P, M.P.R., J.G.M. y un sobrino suyo de 15 años, J.A.G.M., subieron al Alto del Connio, desde donde, formando una partida, se introdujeron en Muniellos, entonces Coto Nacional y vedado para la caza. B.A.P. volvió en su Land-Rover quedando con el resto de la cuadrilla en que volvería a buscarles por la tarde.
Iniciaron la cacería al rececho utilizando un perro para levantar las piezas. Hacia las nueve de la mañana M.P. abatió un corzo que, una vez desprovisto de las vísceras, escondieron entre unas rocas, lugar en el que lo hicieron también ellos ante el temor de que el disparo hubiese sido escuchado.
Cuando hacia las siete de la tarde iniciaban el regreso hacia el lugar donde había escondido el corzo llevando otra pieza cobrada, se encontraron con el guarda “Chiquito” que les daba el alto. En ese momento el tío, que marchaba delante, gritó al sobrino para que corriese advirtiéndole de la presencia del guarda e iniciando ambos la carrera ladera abajo. Según se contó en el juicio, en ese momento Chiquito realizó dos disparos de advertencia con su carabina, momento en el que los que huían se volvieron y realizaron dos disparos de escopeta contra el guarda. Uno por el menor y otro desde otro lugar, a la derecha de Chiquito, que le produjo la muerte. Parece ser que el del menor, aunque fue casi simultáneo, impactó cuando ya el guarda caía.
Los otros dos cazadores alcanzaron la carretera donde ya les esperaba M.A.P con el vehículo en el que introdujeron el corzo marchándose sin esperar a tío y sobrino, que permanecieron toda la noche ocultos en el monte. También se señaló en el juicio que no se probó con la necesaria certeza que uno de los disparos lo efectuase J.G., el tío. Y es aquí donde aparecieron múltiples interpretaciones sobre lo sucedido en el monte y de cómo pudo haberse orquestado el relato de los hechos para que todo hiciese creer que había sido el menor de edad, el que había efectuado los disparos ya que, argumentaban los vecinos de la zona, sabían que, siendo menor, no iría a prisión, y la sentencia sería mucho más benévola. Todos los implicados guardaron silencio sobre lo sucedido hasta que fueron detenidos entre los días 21 y 22 de agosto.
J.G.M., el tío, fue absuelto de los delitos de homicidio y atentado, y M.A.P del de homicidio en concepto de encubridor y del omisión del deber de socorro, delito éste del que también fueron absueltos los otros dos. Se les condenó por delitos contra la Ley de Caza y omisión del deber de denuncia.
J.A.G.M., al ser menor, fue juzgado de nuevo por otro tribunal; pasó varios meses en un reformatorio y, siendo ya mayor de edad, fue denunciado varias veces por delitos relacionados con la caza e incendios, incluso en el año 2.000 quiso inculpar a alguno de sus entonces compañeros de furtivismo en el asesinato de “Chiquito”. El caso no fue reabierto.
Tenía 53 años. Dejó viuda, dos hijos y un gran legado: ambos ejercen a día de hoy la profesión de su padre, Agentes del Medio Natural del Principado de Asturias.
Descansa en paz, compañero.
By: Aminta
12 de agosto alicante aparicio ernesto Homenaje incendio forestal torremanzanas video
Comments: 0
El 12 de agosto del 2012 en el incendio forestal de Torremanzanas (Alicante), fallecieron el Agente Medioambiental Ernesto Aparicio Esteve, y el bombero forestal Emilio Albargues Bataller, a ambos les concedieron a título póstumo la Medalla al Mérito de Protección Civil..
Nuestro compañero Ernesto tenía 50 años, estaba casado y tenían dos hijos. Nacido en La Enguera (Valencia), pasó sus 24 años de Agente Medioambiental en Alicante.
Los compañeros que tuvieron la suerte de compartir contigo tus jornadas de trabajo contamos lo mucho que amabas tu profesión como medio de defender la naturaleza, tu integridad como persona y tu corazón bondadoso. Tu familia nos cuenta la emoción que sienten al recordar tu pasión por el medio ambiente. Los que no tuvimos la suerte de conocerte, sabemos que somos afortunados de tenerte entre los nuestros, porque siempre lo serás.
Hoy, 4 de agosto, se cumple un lustro del fallecimiento del compañero Francisco José Santana Álvarez, “Fran”, Agente de Medio Ambiente del Cabildo de La Palma.
Cinco años del trágico día en el que dio la vida durante las tareas de extinción del incendio forestal que arrasó más de 4000 hectáreas de la isla de La Palma, la Isla Bonita, en la que llevaba más de 17 años luchando por la protección de su biodiversidad y de su patrimonio natural.
El siguiente vídeo es un homenaje póstumo que hemos propuesto realizar a compañeros con los que trabajó durante el tiempo que ejerció su profesión en las islas de Gran Canaria y La Palma.
No olvidemos nunca a quienes han perdido su vida defendiendo aquello en lo que creían… Honrar su recuerdo nos hará mejores profesionales y, sobre todo, mejores personas.
Te añoramos Fran, un fuerte abrazo allí donde estés.
Era una tarde de agosto, el tres de ese mes, allá por el 2002, tórrida y plomiza, como lo eran, y lo son en ese tiempo, en Extremadura. Juan Manuel hacía servicio por esos montes tan fragosos que constituyen la Siberia extremeña, concretamente en la Reserva Regional de Caza del Cíjara, donde tenía su plaza, en Helechosa de los Montes (Badajoz).
Le acompañaba ese día Alfredo, Agente de Medio Ambiente como él. Su compañero habitual de patrulla, Pedro, ese día no pudo hacerlo.
Cuando se aproximaban las seis de la tarde, una abeja voló nerviosa sobre Juan Manuel, y él casi no le dio importancia, quince años de servicio en esos montes tan abruptos y hermosos que constituyen el noroeste de la provincia de Badajoz, le habían acostumbrado al vuelo cercano de la fabricadora de miel.
Pero esta vez la antófila se posó en su cuello y le clavó el aguijón.
Mareos, dificultad al respirar, desvanecimiento… Alfredo lo tuvo claro, su compañero estaba padeciendo un shock anafiláctico… Desconocía que Juan Manuel fuera alérgico a las abejas. El botiquín, como nos lo entregaban por aquellas fechas, sin ningún remedio para aquella situación tan dramática.
Aceleradamente con el coche oficial le llevó por aquellos sinuosos caminos forestales de la Reserva intentando salir cuanto antes a la carretera para llegar lo más pronto posible al Centro de Salud de Helechosa. Nunca había puesto tan al límite a su todoterreno. Juan Manuel se había desmayado, y parecía que ya no respiraba.
Llegó al Centro de Salud ya cadáver.
Nacido en el mismo Helechosa de los Montes, era soltero, sin hijos, y tenía cuarenta años de edad cuando dejo este mundo. Persona muy querida por todos los que le conocía, buena, afable, generosa… y profesional. Le echamos de menos.
Descansa en paz, compañero.
Fran Santana falleció un 4 de agosto del año 2016 en las labores de extinción de un incendio forestal acaecido en La Palma, y en homenaje a su recuerdo, el Cabildo de La Palma dedica la pista forestal entre El Paso y Fuencaliente a su memoria.
Siempre estarás en nuestro recuerdo, compañero.
Fuente: El Apurón (https://elapuron.com/)