By: LourdesDav
Comments: 0
Cinco miembros de un retén de intervención rápida pertenecientes a la antigua Agencia de Medio Ambiente (AMA) de la Comunidad de Madrid, cuatro hombres y una mujer, perdieron la vida la tarde del 18 de septiembre de 1992 cuando trabajaban en la extinción de un incendio en la Sierra de El Rincón, en el límite entre Madrid y Guadalajara. Un cambio repentino del viento, según responsables de Protección Ciudadana, originó la tragedia al envolver en llamas a las víctimas, que, según las primeras hipótesis, perecieron por asfixia. Cuatro de los fallecidos tenían contratos temporales hasta el 15 de octubre. El incendio se inició al desprenderse chispas de una máquina oruga que realizaba trabajos de explanación, al rozar con piedras las cadenas, y que se encontraba realizando labores de preparación del terreno para repoblar pinos.
La brigada, dirigida por el agente forestal Ángel Godoy García, de 29 años de edad, estaba formada por cuatro bomberos forestales contratados temporales de los pueblos de la zona. Se trataba de Alberto Encinas Rosado, de 38 años, residente en Montejo de la Sierra, y Ana García García, de 29 años, residente en Prádena del Rincón y miembros del retén de Montejo de la Sierra; José Luis Herrero Macein y Francisco Ruiz Fuentes, de 46 años, naturales de Buitrago, ambos pertenecientes al retén de Buitrago.
El contacto por radio con los cinco fallecidos se perdió entre las cinco y las seis de la tarde. En principio no se le dio mayor importancia porque se consideró que podía ser debido a una zona de sombra motivada por lo accidentado del terreno. Pasadas las siete de la tarde se empezó a considerar que podía haber sucedido algo, y la inquietud fue en aumento durante la noche, al comprobarse que no era posible establecer el contacto y que las cinco personas no habían regresado a sus bases.
Según refirieron los habitantes de los pueblos de la zona, la brigada quedó cercada por las llamas y se dirigió hacia un arroyo sin agua de las inmediaciones. Allí murieron por asfixia y posteriormente el fuego carbonizó los cuerpos.
Los alcaldes y vecinos de los municipios de donde procedían los combatientes destacaron la ilusión, entusiasmo y profesionalidad con la que los fallecidos desempeñaban su trabajo en la lucha contra los incendios.
Descansad en Paz, compañeros.
Agradecemos a los Bomberos Forestales de la Comunidad de Madrid las fotografías aportadas para este artículo a través de su página de Facebook.
By: LourdesDav
Comments: 0
Homenaje a Manuel Murillo Tena
Manuel Murillo Tena falleció el 23 de agosto de 2012. Uno de esos agentes medioambientales que generaban serenidad cuando llegaba a un incendio forestal. Al desempeñar sus funciones en El Bierzo, quienes trabajan en extinción pueden estar de todo menos tranquilos.
Aquel jueves fatídico tenía guardia de incendios. Pero no fue el fuego que tan bien entendía y sabía apagar, Manuel iba a su trabajo en la base de la brigada helitransportada de Cueto (León), su labor la desempeñaba formando parte de este equipo. Pero también en era excepcional en su forma de incorporarse al trabajo, lo hacía en bicicleta, sumando casi 100 kms entre ida y vuelta a la base del Cueto.
Cuando pasemos por la carretera N-120 veremos un pequeño viaducto que da acceso a Toral de los Vados, cerca de su punto kilométrico 429. Allí, el 23 de agosto de 2012 Manuel Murillo Tena pedaleaba como siempre cuando una furgoneta que realizaba un adelantamiento en sentido contrario le embistió, saliendo despedido sin posibilidades de sobrevivir. Los servicios sanitarios que llegaron ya no pudieron hacer nada por él, tan solo certificar su muerte, la muerte de un hombre bueno, con 43 años, casado y con dos hijas.
Gran profesional, con gran empatía entre otras cualidades, le hacía afrontar problemas que tenían sus paisanos, haciéndolo como agente medioambiental y como vecino. Fue presidente de la Asociación de Montañismo de Puente Domingo Flórez y miembro de la Mesa del Castaño. Este árbol es algo más que un icono para quienes recorran El Bierzo, ha sido el alimento que ha salvado a muchas generaciones de esta comarca, sigue siendo un referente en su gastronomía, tiene el aprovechamiento maderero que da trabajos entre sus gentes, y tiene tanto valor cultural y económico como riesgos de diferentes tipos. Manuel se implicó hasta la médula con esta visión del castaño.
Una persona muy humana que se involucraba en todo lo que le trasmitiera esa humanidad. Así le correspondieron los habitantes de Puente de Domingo Flórez, donde vivía, la junta vecinal cambió el nombre a una de sus calles y ahora podemos andar por el Paseo de Manuel Murillo Tena, donde encontraremos un pequeño monumento que le recuerda. El presidente de la junta vecinal, el pueblo “nunca podrá agradecer suficientemente su labor desinteresada, no solo como profesional, sino como ser humano, siempre implicado y afanado por educar y transmitir valores, especialmente con los niños, en defensa de la naturaleza, el medio ambiente y el respeto por los animales”.
Los bomberos forestales de la brigada helitransportada de Cueto, también rinden su propio homenaje a Manuel, instalaron un monolito en la base de la brigada que guarda su memoria.
Los agentes medioambientales que tuvieron la suerte de ser sus compañeros, tanto en la comarca con en algún incendio forestal en otros lugares, son testigos de su mirada tan profunda, carácter pacífico, de su capacidad para resolver problemas gracias a su empatía, amabilidad y elevado conocimiento del territorio en todas sus dimensiones. Los agentes medioambientales leoneses, grandes profesionales en la lucha contra los incendios forestales, tienen su propia cita para nuestro compañero, “jefe de extinción privilegiado, yo cada vez que oía que estaba al frente del incendio Manuel Murillo, iba al incendio con una sonrisa, daba gusto trabajar con él, la tranquilidad que otorgaba, la capacidad que tenía para gestionar medios, y de qué manera, era tremenda”.
Manuel, con la serenidad que viviste te recordamos.
By: Aminta
12 de agosto alicante aparicio ernesto Homenaje incendio forestal torremanzanas video
Comments: 0
El 12 de agosto del 2012 en el incendio forestal de Torremanzanas (Alicante), fallecieron el Agente Medioambiental Ernesto Aparicio Esteve, y el bombero forestal Emilio Albargues Bataller, a ambos les concedieron a título póstumo la Medalla al Mérito de Protección Civil..
Nuestro compañero Ernesto tenía 50 años, estaba casado y tenían dos hijos. Nacido en La Enguera (Valencia), pasó sus 24 años de Agente Medioambiental en Alicante.
Los compañeros que tuvieron la suerte de compartir contigo tus jornadas de trabajo contamos lo mucho que amabas tu profesión como medio de defender la naturaleza, tu integridad como persona y tu corazón bondadoso. Tu familia nos cuenta la emoción que sienten al recordar tu pasión por el medio ambiente. Los que no tuvimos la suerte de conocerte, sabemos que somos afortunados de tenerte entre los nuestros, porque siempre lo serás.
By: LourdesDav
Comments: 0
El domingo 17 de julio de 2005 fallecieron en el incendio de Riba de Saelices (Guadalajara), once personas que trabajaban en su extinción: la dotación de una autobomba, Jesús Ángel Juberías Navarro de 42 años, y Mercedes Vives Parra de 43 años; los siete integrantes del retén de Cogolludo, Julio Ramos Ballano de 28 años, José Rodenas Parra de 52, Manuel Manteca Hernández de 23, Luis Solano Montesino de 35, Marcos Martínez García de 24, Jorge César Martínez Villaverde de 24 y Sergio Casado Iritia de 22; y 2 agentes medioambientales, Pedro Almansilla Fuero de 52 años, casado y con dos hijos, y Alberto Cemillán Jadraque de 37 años, casado y con dos hijos también.
Diez de ellos habían nacido en la provincia de Guadalajara, y uno en Cuenca. El conductor de una autobomba que acudió en su auxilio no logró llegar hasta el grupo, alcanzándole el frente del incendio a escasa distancia, siendo el principal testigo de lo que ocurrió, salvó su vida abriendo la espita del depósito y colocándose bajo el chorro de agua.
Este suceso se consideró de fuego eruptivo, que se había dado en otras ocasiones en España, la Gomera (1984 y 20 muertos), Parque Natural de Grazalema (1992 y 5 muertos), Millares en Valencia (1994 y 7 muertos), y Alájar en Huelva (1999 y 4 muertos). Se produce una gran aceleración en la velocidad de propagación del incendio que sorprende a los medios de extinción, a menudo sin opciones de escapar a lugar seguro. En el caso del incendio de Riba de Saelice, la vegetación arbustiva, dominada por la jara y material seco disperso, tan fácil de arder, junto a una gran superficie expuesta al oxígeno y topografía irregular, fueron las condiciones idóneas para que la velocidad de propagación llegase a los 121 km/hora en un área algo superior a las 2 hectáreas. Así, cuando el operativo dispuesto allí percibió que el frente de llamas evolucionaba de una forma tan tremenda, trataron de escapar en sus vehículos. Necesitaban cubrir aproximadamente 600 metros para escapar, pero solo pudieron recorrer 300.
Resulta complicado predecir estos movimientos convectivos que afectan a un área tan pequeña, pero aún era más difícil en aquel incendio de 2005. La investigación de este accidente ha permitido que conozcamos mejor este tipo de fenómenos, lo que ha mejorado nuestra formación y los métodos de trabajo en extinción.
El incendio se originó por una barbacoa en el merendero cercano a la Cueva de Casares el día anterior, habiendo sido advertidos los responsables por un agente medioambiental que les pidió que la apagasen por la sequía de aquel año, y por las condiciones peligrosas de aquel día. Al no haber una normativa que prohibiese tal actividad, no pudo obligarles a desistir de sus planes, y los excursionistas decidieron proseguir. Más tarde se alejaron para bañarse, momento en el cual el viento reavivó el fuego, y la extrema sequedad de la vegetación de alrededor permitió que se iniciara el incendio forestal.
Se quemaron 10.352,57 hectáreas de monte arbolado, la mayoría cubierto de pino resinero, sabina mora y roble, 2.380,16 hectáreas de matorral y pasto y 154,64 hectáreas de superficie no forestal. El incendio afectó a 2.400 hectáreas de alto valor ecológico pertenecientes al Parque Natural del Alto Tajo.
La investigación de las causas del incendio y de la responsabilidad de estas muertes dieron lugar a un largo y complejo proceso judicial. Aunque finalmente la responsabilidad penal recayó en el excursionista que hizo la barbacoa, el número de imputados fue aumentando entre responsables técnicos y políticos. Todo ello dio lugar a cambios en la normativa de uso del fuego y de la organización del trabajo de extinción, lo que ha permitido mejorar la prevención en ambos sentidos, reducir la probabilidad de que se inicie un incendio y de que se produzcan accidentes entre los trabajadores en la extinción, un largo camino que se sigue recorriendo.
En recuerdo a su memoria, en el parque Las Lagunillas de la localidad abulense de Casavieja, junto a la escultura realizada en bronce de un bombero forestal que representa un monumento a tan arriesgada profesión, existen once rosas negras por cada uno de los miembros del operativo que fallecieron en aquel dramático y triste suceso.
Ojalá nunca más tengamos que despedir con tanta desolación a mujeres y hombres tan valientes y entregados a la causa de la protección de nuestros montes, como lo eran los Once de Riba de Saelices.
Descansen en paz.
«Procedemos de una familia de Guardas Forestales, encabezada por el abuelo, padre, tíos y primos.
Él entra a formar parte de la familia forestal con 21 años; su primer destino fue en Navia de Suarna, durante ocho años. Allí sufrió un aparatoso accidente de tráfico con el coche de trabajo. Más tarde ocupó la plaza de territorial de incendios en O Corvo, Lugo, acercándose así a su residencia familiar. Compaginó su vida profesional con la actividad de delegado sindical y ,más tarde como concejal de BNG en el concello de O corgo.
Quique, como lo llamábamos en la familia, era muy activo, luchador, conciliador, y dialogante, tanto en el ámbito familiar, personal, como en el profesional: se hacía querer por toda la familia, compañeros y conocidos.
Su fallecimiento acaeció cuando formaba parte del operativo de extinción de un incendio en el monte de Guntín con solo 57 años, pero su recuerdo sigue muy vivo entre todos nosotros y todos aquellos que lo queríamos.
Por último, quiero dar las gracias a la Asociación AMINTA por este recuerdo.»
Subimos el audio original de José Manuel Casanova, hermano de José enrique Casanova Sánchez:
Y enlazamos el recuerdo publicado el año pasado: https://asociacionaminta.es/a-la-memoria-de-quique-casanova/
By: LourdesDav
Comments: 0
Un 19 de junio, pero del año 2006, falleció en accidente de tráfico en Medina del Campo (Valladolid) nuestro compañero Juan Carlos Lozano Sanz, Agente Forestal de la Junta de Castilla y León y de la Consejería de Medio Ambiente con destino en Valladolid.
Tenía 48 años, no tenía hijos.
A pesar de que rápidamente la UVI móvil de Medina del Campo y el helicóptero medicalizado de Salamanca se pusieron en movimiento, a la llegada de los facultativos, sólo pudo confirmarse su fallecimiento.
Descansa en paz, compañero.
El 22 de mayo de 2018 falleció un miembro de la familia forestal, Luis Antonio Lorenzo Catalá, Agente de Protección de la Naturaleza en Teruel. La desgracia vino de la mano de un accidente de circulación que se produjo en un traslado “in itinere”. En aquel momento con destino en Alcañiz, Luislo era conocido y querido por sus compañeros aragoneses, además de los agentes forestales de otras comunidades autónomas que tuvieron la suerte de conocerle. Algunos le recordamos de un curso en la Escuela de Vadillo (Cazorla), y al referirnos a él a veces decimos “el de la gran risa”. Su vitalidad la llevó también a nuestra profesión, ayudando a impulsar tareas de investigación, como la de causas de incendios forestales, entre otros delitos ambientales, y actividades de educación ambiental. Durante varios años formó parte de la Cuadrilla helitransportada de Alcorisa, como uno de sus APN.
Durante su vida profesional promovió y realizó tareas de educación ambiental, sensibilizando a los niños en edad escolar de problemáticas ambientales, especialmente las relacionadas con los incendios forestales, como las que se realizaban en la base helitransportada de Alcorisa, a la que pertenece la fotografía que acompaña a esta breve y cariñosa reseña. Tenía 56 años en el momento del accidente.
A sus 56 años estaba casado con Teresa, con quien tuvo tres hijos, Vega, Estrella y Víctor. La familia forestal no te olvida Luislo, ni a la familia que fundaste acá.
Juan Rubén López Cueto perdió la vida el 3 de mayo de 2006. La naturaleza perdía a un gran profesional volcado en su conservación, y los Agentes del Medio Natural perdían a un gran compañero y persona. Todos perdimos a Rubén, más aún su mujer y los dos hijos que tenía, por entonces con 3 y 7 años. Hoy se cumplen 17 años de aquel día en el que se dirigía a hacer el seguimiento de la presencia de lobo, cuando el vehículo oficial que conducía cayó por un barranco en la pista “La Collada”, en la Sierra del Cuera, en el concejo de Peñamellera Baja (Asturias).
Rubén tenía 44 años, y para conocer mejor su valía como Agente del Medio Natural y como persona, sus compañeros lo expresan en este vídeo.
Compañero, quienes tuvieron la suerte de conocerte no te olvidarán nunca, quienes no tuvimos esa fortuna, ahora sabemos más de ti, y tampoco te olvidaremos.
Acompañamos en el recuerdo y en el cariño a tu familia y amigos.
Descansa en paz en la tierra que tanto quisiste y cuidaste.
By: LourdesDav
Comments: 0
A la joven edad de 28 años, nos dejó Pascual Garrido, Guarda de Conservación de Naturaleza (antigua denominación de los actuales Agentes para la Protección de la Naturaleza de Aragón).
Era un 2 de abril del año 1991, y Pascual atendía un águila herida en una caseta situada en un lugar apartado de la sierra de Arguis, en Huesca. Un grupo de presos de la cárcel de Huesca realizaban, en régimen abierto, trabajos de formación forestal en la zona.
¿Un asunto de tráfico de drogas en el que un individuo del exterior entregaba la droga a su hermano, que era uno de los presos allí reunidos, para introducirla en la cárcel? ¿La mala suerte de que Pascual estuviese en el sitio inadecuado en el momento más inoportuno y observase el delito? ¿La intención de los asesinos de no dejar testigos?
El caso es que nuestro compañero fue hallado allí, en aquella caseta, mutilado con una motosierra que desapareció como de la nada.
Ello, unido a la imposibilidad de culpabilizar a sus asesinos por la presunción constitucional de inocencia tras numerosas contradicciones en sus declaraciones y la inexistencia de pruebas, hizo más amargo el drama.
Un crimen al que no se hizo justicia, y que por lo tanto nunca podrá cerrar la herida abierta entre sus familiares y sus compañeros.
El centro de interpretación de la Red Natural de Arguis, donde se perpetró el crimen, fue rebautizado con el nombre de Pascual Garrido.
(Fuente: https://extraconfidencial.com/noticias/el-crimen-de-la-moto-sierra-la-justicia-no-ha-castigado-al-asesino-del-guardia-forestal-pascual-garrido-descuartizado-hace-23-anos/)
En la foto, tomada por el compañero David Gómez Samitier (también tristemente fallecido en accidente de circulación), e incluida en su libro “Pájaro de Barro”, aparece Pascual Garrido aportando comida a un muladar de Quebrantahuesos.
Ojala, amigo Pascual, se haga justicia en el cielo, ya que en la tierra tu execrable crimen, quedó impune.
Descansa en Paz, querido Pascual, compañero.
Marzo del 2012 fue trágico para el Pirineo Catalán, el día 8 de ese mes se produjeron cinco incendios con apenas una hora y media de diferencia. Uno de ellos se registró en Calvinyà, en la comarca leridana del Alt Urgell, donde desde 1987, Jaume Rey Laguía, perteneciente al Cuerpo de Agentes Rurales de la Generalitat de Catalunya era jefe del área básica de la comarca de l’Alt Urgell (Pirineo de Lleida).
Según el diario El País, “Ese día Jaume no trabajaba, pero era el único jefe de la comarca y debía estar disponible todo el día a través del teléfono. Fuentes cercanas al compañero cuentan que, de hecho, fue el único jefe de un cuerpo implicado en la extinción que no tuvo relevo y acudió a todas y cada una de las reuniones del equipo encargado de controlar el fuego”.
Desde ese fatídico día, Jaume no fue el mismo, no dormía, se encontraba muy nervioso, sufría mucha presión en el trabajo… Su grado de profesionalidad era tan elevado, se exigía tanto, que rallaba la obsesión. Citando la misma fuente, y según declaró su hijo a la policía “Tenía mucho miedo a las sanciones que pudiera sufrir por la responsabilidad en el incendio, tenía miedo a perder su buena reputación e ir a la cárcel”.
A pesar de recibir tratamiento médico, no pudo aguantar más aquella angustia, y el día 25 de marzo su cadáver fue hallado por sus compañeros colgado de un árbol en una zona conocida como Mas d’en Coll, en la localidad de Alas i Cerc (Lleida), después de encontrarse dos cartas manuscritas en su despacho. Una iba dirigida a sus superiores, en ella manifestaba su “preocupación por el incendio de Calvinyà, el cual le había roto la vida a él y a su familia, así como que la Administración estaba buscando un cabeza de turco que responsabilizar por no haberse realizado las tareas correctamente y que este sería él”, según recoge el auto.
Según sentencia de la Sala Social del TSJC, Jaume se quitó la vida a consecuencia de la presión derivada de su trabajo: “su elevado grado de profesionalidad, responsabilidad y auto exigencia le superó emocionalmente hasta el punto de poner fin a su vida”, señaló el tribunal.
Jaume tenía 51 años, y dejó en este mundo mujer y un hijo y una hija adolescentes, y entre sus compañeros y compañeras, el recuerdo de un profesional comprometido con la protección del medio ambiente.
En su honor, el día 13 de diciembre de 2014, la Asociación Profesional de Agentes Rurales de Cataluña llevó a cabo un acto de homenaje a su persona, que contó con la presencia de su familia, autoridades y decenas de compañeros y compañeras.
Descansa en pau, company Jaume.
https://elpais.com/ccaa/2014/05/05/catalunya/1399283485_243482.html